La fiesta más popular de Venecia es el Carnaval cuya tradición se remonta, posiblemente, al siglo XI cuando Venecia comenzaba a dominar marítimamente importantes porciones del mar Mediterráneo. Oficialmente se declaró existente como festividad suprema durante el siglo XIII. Sin embargo es sólo hasta el siglo XVIII cuando el Carnaval de Venecia alcanza su punto máximo. A él acudían viajeros y aristócratas de toda Europa, en busca de diversión y placer. Con la decadencia de Venecia como poder mercante y militar, el carnaval palideció hasta casi desaparecer. Se recuperó algo de su festividad hacia finales del siglo XX, cuando la ciudad se ve abrumada por la invasión de miles de turistas, aunque las grandes épocas de diversión desenfrenada quedaron atrás. El Carnaval de Venecia se caracteriza porque sus participantes usan elaboradas máscaras para cubrir sus rostros.Venecia ha tenido un desenvolvimiento magno en el arte.es una de las ciudades con grandes bellezas arquitectónicas.
Las Mascaras de Venecia han tomado importancia a lo largo del tiempo, su gran esplendor y colorido caracterizan este gran carnaval que se celebra a partir del mes de febrero.
Ademas han sido encontradas una cantidad de mascaras por toda Europa, esto hace que tengan una significativa importancia historica.
Poema inspirados a la ciudad
No todo en el carnaval veneciano es ocultación completa. Hay otra manera de disfraz, quizá menos inquietante que las máscaras, pero de no menor interés. Son las parejas sin caretas, aunque muy bien maquilladas, formadas generalmente por un hombre maduro y otro joven. O personajes de la Comedia del Arte, de gran tradición italiana. En esos días callan las orquestinas del internacionalmente famoso café Florián y de los otros establecimientos de la plaza de San Marcos. Los personajes de comedia no llaman tanto la atención como las parejas que dije antes. Van maquillados, pero sin máscaras, vestido a la moda francesa de la segunda mitad del siglo XVIII. Perfectamente vestidos sin que les falte un detalle, ni el lunar pintado, ni los polvos en la peluca y el rostro. ..Sentados en los cafés de la espléndida plaza, no miran a nadie, hablan entre ellos y posan con un juego de ambigüedad. Y al verlos he recordado aun amigo que, siendo yo muy joven y él algo mayor, me decía que al ir por la calle o al entrar en sitio público, había que hacerlo con la cabeza alta, sin altanería, derechos, sin envaramiento, y, lo más importante, sin mirar a nadie. Tener la vista en un punto lejano que no alcance a nadie. "Estamos -decía- para ser mirados, no para mirar". El afán por diferenciarse es muy humano, porque sabemos que todos estamos hechos de la misma materia y somos de la misma condición humana, pero no todos de la misma inteligencia ni del mismo espíritu. Tenemos que crear- nos a nosotros mismos con unos juegos que practicamos en la vida diaria con una manera de vestir, de comportarnos, con unos gustos y unas formas de vida. Es artificio claro, que en el carnaval de Venecia se lleva a la teatralidad, a la exageración, incluso a la exacerbación, pero sin paso a lo grotesco. Todo está medido dentro de la desmesura. No hay estridencias. Las parejas dieciochescas de los cafés y de las calles venecianas, también, como las máscaras, están distantes del espectador y del turista que pasa. No son venecianos y pueden por eso mantener el distanciamiento que no sería posible si se encontraran con sus amigos y vecinos. No conocen a nadie y nadie los conoce a ellos a pesar de aparecer con las caras descubiertas, viviendo durante unos días o unas horas, una vida soñada y artificial, que recordarán de regreso en sus países, cuando vuelvan a ser ejecutivos de empresas de las más prácticas y reales transacciones económicas y ya no tengan de la corte de Luis XV más que el deseo y la nostalgia de unas formas de vida, de unos valores y de una estética perdidos para siempre.
Las Mascaras de Venecia han tomado importancia a lo largo del tiempo, su gran esplendor y colorido caracterizan este gran carnaval que se celebra a partir del mes de febrero.
Ademas han sido encontradas una cantidad de mascaras por toda Europa, esto hace que tengan una significativa importancia historica.
Poema inspirados a la ciudad
No todo en el carnaval veneciano es ocultación completa. Hay otra manera de disfraz, quizá menos inquietante que las máscaras, pero de no menor interés. Son las parejas sin caretas, aunque muy bien maquilladas, formadas generalmente por un hombre maduro y otro joven. O personajes de la Comedia del Arte, de gran tradición italiana. En esos días callan las orquestinas del internacionalmente famoso café Florián y de los otros establecimientos de la plaza de San Marcos. Los personajes de comedia no llaman tanto la atención como las parejas que dije antes. Van maquillados, pero sin máscaras, vestido a la moda francesa de la segunda mitad del siglo XVIII. Perfectamente vestidos sin que les falte un detalle, ni el lunar pintado, ni los polvos en la peluca y el rostro. ..Sentados en los cafés de la espléndida plaza, no miran a nadie, hablan entre ellos y posan con un juego de ambigüedad. Y al verlos he recordado aun amigo que, siendo yo muy joven y él algo mayor, me decía que al ir por la calle o al entrar en sitio público, había que hacerlo con la cabeza alta, sin altanería, derechos, sin envaramiento, y, lo más importante, sin mirar a nadie. Tener la vista en un punto lejano que no alcance a nadie. "Estamos -decía- para ser mirados, no para mirar". El afán por diferenciarse es muy humano, porque sabemos que todos estamos hechos de la misma materia y somos de la misma condición humana, pero no todos de la misma inteligencia ni del mismo espíritu. Tenemos que crear- nos a nosotros mismos con unos juegos que practicamos en la vida diaria con una manera de vestir, de comportarnos, con unos gustos y unas formas de vida. Es artificio claro, que en el carnaval de Venecia se lleva a la teatralidad, a la exageración, incluso a la exacerbación, pero sin paso a lo grotesco. Todo está medido dentro de la desmesura. No hay estridencias. Las parejas dieciochescas de los cafés y de las calles venecianas, también, como las máscaras, están distantes del espectador y del turista que pasa. No son venecianos y pueden por eso mantener el distanciamiento que no sería posible si se encontraran con sus amigos y vecinos. No conocen a nadie y nadie los conoce a ellos a pesar de aparecer con las caras descubiertas, viviendo durante unos días o unas horas, una vida soñada y artificial, que recordarán de regreso en sus países, cuando vuelvan a ser ejecutivos de empresas de las más prácticas y reales transacciones económicas y ya no tengan de la corte de Luis XV más que el deseo y la nostalgia de unas formas de vida, de unos valores y de una estética perdidos para siempre.
Aqui les traigo unas mascaras venecianas hechas con puro maquillaje. espero sea de su agrado.
Muy buenas las imagenes! Son lo más genioos/aas ..... Me impesionaron y tmb me emosionaron! Aaaaad
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